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Primer propósito del año: Perder peso

Uno de los míticos propósitos de inicio de año es perder peso y ponernos en forma y en ocasiones se comete el error de caer en dietas que no son del todo saludables por la necesidad de conseguir efectos rápidos al esfuerzo que supone volver a una alimentación más equilibrada que la de estos días de copiosas comidas navideñas.

Hoy queremos hablar de las bondades de nuestra dieta, la Mediterránea que consiste en esencia. En la reducción de calorías sin pasar hambre incluyendo las cantidades necesarias de todos los nutrientes y micronutrientes. La dieta Mediterránea se basa en una alimentación rica en verduras y hortalizas, frutas, legumbres, pescado y aceite de oliva virgen.

No debemos olvidar a la hora de afrontar cualquier dieta que debemos estar acompañados en el proceso por un nutricionista ya que no son los mismos parámetros de alimentación los de una mujer de 24 años que deba perder 5 kg a un señor de 64 años que deba perder 25 kg. El especialista en nutrición es detectar las necesidades nutricionales de cada paciente, al igual que su estilo de vida, su composición corporal, su metabolismo y su actividad diaria.

Otro punto importante es que el peso de la báscula no es solo el punto que debemos medir, hay que revisar el IMC y el porcentaje de grasa.

Aquí la base perfecta para conseguir llegar a buen fin antes de emprender un proceso de adelgazamiento:

  • Para mejorar el cumplimiento de una dieta lo mejor es adaptarla a los horarios y estilo de vida del paciente, pero también a sus gustos particulares.
  • La dieta debe combinarse siempre con actividad física aunque sea ligera.
  • Hacer dieta con alguien (amigo o familiar) ayuda a compartir la experiencia y resulta más fácil y ameno.

Y por último los cinco trucos para lograr que la dieta se convierta además en nuestra alimentación definitiva:

  1. Hay que prescindir de ciertos alimentos como las grasas saturadas, las harinas y azúcares refinados y las comidas precocinadas que los incluyen.
  2. Los líquidos tienen un papel importante durante el tiempo que estemos a dieta: las infusiones, los zumos y batidos vegetales son grandes aliados y nos permiten, con un poco de imaginación, hacer más divertida la dieta.
  3. Si comemos fuera de casa podemos prepararnos tuppers saludables con un plato único que incluya verduras y proteínas (pavo, pollo, pescado o marisco), y en restaurantes elegir platos poco elaborados y sin salsa, preparados al horno o a la plancha; evitar los fritos, no consumir alcohol y tomar postres ligeros.
  4. Debemos disminuir el tamaño de las raciones, muchas veces seguimos comiendo por el placer de comer y no por apetito, y comer despacio porque nos saciaremos antes.
  5. La cena debe ser ligera ya que a última hora del día nuestro organismo se prepara para el descanso y ralentiza el metabolismo. Las proteínas son los nutrientes que producen más saciedad y quitan mejor el apetito, por lo que cenando proteínas necesitaremos comer menos calorías para sentirnos bien. Eso sí, es importante escoger las proteínas con menos grasa como: pollo, pavo, pescado y marisco son las mejores opciones.

Esperemos haber servido de ayuda para lograr el cumplimiento del propósito y la bienvenida a unos hábitos de alimentación más saludables a largo plazo.

 

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